lunes, 22 de febrero de 2016

“Estamos preparados para vencer en el Tour de Francia”

Nairo Quintana volvió a su tierra, Boyacá, para compartir experiencias con la nueva sangre del ciclismo y sus seguidores.


Por Darwin Ávila Vanegas
Enviado especial a Tunja

Nairo Quintana en la rueda de prensa el  21 de febrero. Foto: Darwin Ávila.


Un grupo de aficionados al ciclismo, que aguardaba a Nairo afuera de su apartamento, en Tunja, por poco fue el culpable de que el gladiador colombiano no llegara a la rueda de prensa preparada en su honor, en el marco de los Campeonatos Nacionales de Ruta 2016.

A las 4:00 de la tarde del sábado, en el Centro de Experiencias de Movistar, a un costado de la Plaza de Bolívar, estaba pactada la cita del corredor boyacense con más de 30 periodistas de todo el país, que querían preguntarle sobre su presente de cara a la temporada que se avecina, en la que intentará lograr el cetro del Tour de Francia.

A Nairo lo cuidan como la joya de la corona que es. Movistar Team lo acompaña muy de cerca junto con personal de seguridad y logística. Nada puede salir mal con el mejor ciclista de la historia de Colombia.

Aunque es un hombre delgado no pasa desapercibido. A la reunión llegó con el uniforme de presentación de la marca que lo patrocina y en compañía de Winner Anacona, uno de los cuatro escarabajos colombianos que estarán este año con el Movistar Team de España. 

Los otros son Carlos ‘Bananito’ Betancur y el hermano de Nairo, Dayer Quintana, reciente ganador  del Tour de San Luis, en Argentina.

La primera pregunta de la jornada la formulé pensando en esa relación de hermanos, ya hablando de ligas mayores y previa a las grandes carreras. Sin embargo pudimos indagar sobre su pensamiento, sensaciones y retos en los que su pasión brota a flor de piel.

¿Nairo, es una motivación extra correr con tu hermano?
Nairo en los Nacionales de Ruta, prueba élite.

Dayer siempre ha venido siguiéndome los pasos, su fortaleza lo ha llevado a tener dos victorias en profesionales. Es una alegría que esté al lado mío, que sea mi hermano, por que yo fui el que le enseñó a montar bicicleta. Hay que esperar a ver el equipo (Movistar), en qué carrera lo mete para que corra conmigo.

¿Qué siente cuándo todos gritan su nombre en la calle, en la pista?

Es emocionante ver la afición que vino a disfrutar de los Campeonatos Nacionales de Ruta en Boyacá, de un circuito que gustó mucho. Cuando los niños ven a los ciclistas se emocionan y cuando ven al héroe de su tierra mucho más y como dice Amparo Grisales: “se me eriza la piel”.

¿Movistar ya está preparado para ganar el Tour de Francia, como lo dice Eusebio Unzué?

Creo que él lo dice de cierta manera por la confianza. Hemos fortalecido el equipo, tomado más experiencia, estando tres veces en el podio en las grandes, cuarto en la Vuelta a España. Es algo que él piensa y yo también, estamos preparados para vencer el Tour, esperemos que los que llevemos a la carrera no nos equivoquemos, seguramente Winner Anacona estará allí como el año pasado. Pienso que si la buena suerte nos acompaña, estaremos nuevamente disputándolo y con la ilusión de ganarlo.

¿Sabe usted cuál va a ser el criterio de escogencia del equipo colombiano para Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016?

No hemos hablado con la Federación Colombiana de Ciclismo, es verdad que normalmente llevan a quienes están en mejor estado físico y a los ganadores, pero pienso que tenemos que ir haciendo una selección con gente que pueda ayudar y que esté dispuesta a tirar en caso que haya que tirar y ayudar, muchas veces vamos solo los que nos gusta ganar.

¿Cuál fue su relación con Franco Gini?

Lamentamos el fallecimiento de Franco. Sentido pésame para todo el ciclismo colombiano. Siempre estuvo pendiente de los colombianos, nos llevó a distintas carreras, yo lo conocí en 2009 y fuimos creciendo con él en la Selección Colombia, en la que recibíamos un buen trato e hicimos una buena amistad.

¿Cómo debería ser una preparación integral para los ciclistas?

Hay diferentes formas de preparación, cada vez con la tecnología se avanza más, unos se adaptan, otros no y otros combinamos de las dos. Es verdad que Movistar tiene mucha tecnología como GPS y demás, pero lo importante es amar lo que se hace y hacerlo con pasión.

¿Soñó con estar en la historia de la élite del ciclismo colombiano?
Nairo Quintana (Izq.) y Winner Anacona (Der.). Foto: Movistar Team.

Desde antes ya pensaba con hacer cosas grandes, le decía a mis compañeros que quería llegar al Tour de Francia y ganar etapas. Una vez en una carrera todos se quejaban porque no tenían cosas bonitas y les dije: nosotros lo podemos hacer tan bonito como queramos, si tenemos esa actitud y somos profesionales, podremos estar adelante. Algunos se reían en la cara y pues yo decía, pueden tener la razón, pero ese era mi sueño.

¿Qué tan importante es la contrarreloj por equipos en los Campeonatos Nacionales?

Muchos decían que no ponían a los ‘Chinos’ a correr la contrarreloj, porque no eran contrarrelojeros. Lo importante es ponerlos a competir por equipos, porque muchos jóvenes que salen a profesionales  no sabían correrla. Verlos a los otros pedalistas en España que iban a 60 y muy rápido en las curvas, yo sudaba, temblaba y pues era un reto para mí; no sabía ir bien en la bicicleta de crono en grupo. Esa vuelta a España, la contrarreloj, la ganamos en Pamplona en 2012 y eso me ayudó para prepararme en grupo y en contrarreloj.

¿Qué mensaje brinda a los colombianos?

Con las grandes posibilidades no dejan de ser posibilidades, no hay nada seguro, el profesionalismo lo llevamos en la sangre y hacemos las cosas lo mejor que podamos para regalarle el sueño amarillo a Colombia. Me sentiría muy orgulloso de poder llevarle esto al país, porque cada vez vemos en peores circunstancias esta hermosa tierra. Seguimos intentándolo, no se si sea este año o el otro, pero seguimos con la mente puesta en ese objetivo que es triunfar en el Tour de Francia.

¡1.480 METROS DE DEPORTE Y VIDA!

Cali vital.  el cerro de las tres cruces sigue siendo el lugar preferido por los caleños para realizar actividad física y recreación


Por Darwin Ávila Vanegas


Paola Ossa, una caleña de 26 años de edad, residente en el norte de Cali, lleva más de dos años realizando actividad física en el Cerro de las Tres Cruces, una experiencia que no solo la mantiene renovada  sino que le ha cambiado la vida.


Tres veces por semana realiza el ascenso a la montaña, que desde los años de upa ha sido escenario de deporte y recreación para los caleños, y  que alcanza los 1.480 metros sobre el nivel del mar.



Altos de Normandía es el sitio de salida usual para Paola,  sin embargo existen otros puntos de acceso como lo son: Bataclán y Chipichape, además de la entrada vehícular, una carretera destapada que se extiende  alrededor de la montaña en 7 kilómetros aproximadamente.



 Este escenario natural es baluarte y símbolo de la ciudad de Cali y en otrora  fue noticia por la historia de ‘Burizaco’, un demonio que habitaba en  lo más alto y por el que se construyeron las tres cruces en el año 1937.


Paola Ossa y Shirley García, dos deportistas caleñas en  el cerro.
Un equipo de Q’hubo se puso los tenis para conocer de cerca la actualidad del cerro tutelar de la ciudad.


Primero hay que decir que desde las 5:00 a.m. los caleños aficionados al deporte inician su práctica, Paola, por ejemplo, arranca el ascenso  a las 6:00 a.m. en compañía de Shirley García, su compañera de entreno.



 “Me parece muy bien el ejercicio en el cerro, es uno de los mejores epicentros deportivos, porque es gratuito y la gente busca economía, además se fortalece el ritmo cardiaco y las piernas”, expresó Paola.



Mientras caminaba hacía la cima hablamos con Carlos Stalin Dejanón, natural  de Estados Unidos, quien lleva más de 15 años  haciendo senderismo en el cerro.



Este profesional de las lenguas extranjeras, que dedica su vida a disfrutar de la naturaleza, piensa que ese espacio es el mejor lugar para llenar los pulmones de oxígeno, sin embargo cree que aún falta mucho en materia de seguridad para todos los visitantes

.
“La seguridad ahora es un poco mejor, pero antes había mucho vándalo, es algo que debe mejorar”, dijo  Dejanón.


En el trayecto, antes del descanso, se ven alrededor de 6 auxiliares de Policía, sin embargo son 25 los que cuidan todo el recorrido, más los 20 que permanecen en la subestación del Cerro de las Tres Cruces.



Así lo afirmó el Mayor Jhon Jairo Vargas Castaño, comandante del Distrito I de la Policía Metropolitana de Cali, encargado de la seguridad de esa zona, quien es consciente de los problemas de este tipo.


Muchos le tienen miedo a esta pared, por la inclinación que tiene.
“Tenemos  servicio permanente para la seguridad en dicho lugar, Policía de Carabineros, caninos y auxiliares bachilleres para contrarrestar atracos, hurtos, y peleas que se puedan presentar”, puntualizó el Comandante.


Vargas comentó además que algunos delincuentes se camuflan entre los deportistas para cometer delitos, sin embargo explicó que la seguridad comienza en cada ciudadano.



“Recomendamos a la comunidad utilizar las vías reglamentadas o las que tengan mayor afluencia, por lo regular a veces se toman caminos distintos   que son alejados, no contamos con la presencia en esos lugares y entonces ahí es donde cometen hurtos”, finalizó.



Entre las 500 personas que ascienden entre semana a la montaña, nos encontramos a Stefanny Moncada, caleña que lleva  tres meses seguidos ejercitándose allí.



Para ella el plan es muy gratificante y como  muchas mujeres que les gusta pulir su cuerpo con las caminatas, sube la famosa pared con unos pequeños cojines rellenos de arena, amarrados en sus piernas, que pesan más de 2 kilos cada uno.



El periodista Darwin Ávila, en la piedra de las fotos.
 “Es rico, porque uno se despeja, es bueno para la salud, el terreno es chévere,  porque se baja con otro pensamiento y con los policías uno se siente seguro”, dijo Stefanny.



 Luego de una hora de recorrer ese paraíso natural se llega a la cima, donde confluyen adultos mayores, mujeres, niños, ciclistas, mascotas y vendedores estacionarios.



 Conversamos con Rafael Granada, un hombre  que lleva 19 años vendiendo jugos en un puesto.



Todos los días desde las 5:30 de la mañana y hasta la 1:00 p.m. ofrece néctares  de naranja, mandarina, zanahoria, uva a 2.000 y a 4.000 el vaso, a los sedientos deportistas.



“Hay días que nos va bien, no es consistente”, declaró el vendedor mientras exprimía una fruta cítrica.



Unos metros más arriba, en la base donde se erigen las tres cruces, una de las cuales mide 26 metros de altura y 11  de ancho, decenas de personas aprovechan para realizar ejercicio funcional, en un gimnasio que ha mejorado su infraestructura.


La mayoría de  caminantes descienden por una ruta que lleva a Altos de Normandía.
Sobre las ventajas de la actividad deportiva en el sendero, el entrenador personal Alejandro Valencia, de Runners Cali, dijo que lo primero que se fortalecen son las piernas y glúteos. 


 “En el entrenamiento le permite a las personas dominar la potencia en sus extremidades inferiores. Además en la cima se pueden  hacer otros trabajos como abdominales, brazo y pecho”.



Para Alejandro lo positivo es que en las distintas rutas se adquiere nivel físico más capacidad pulmonar y ‘cardio’ esto, sumado al contacto con la naturaleza, mejora el funcionamiento del corazón y del cerebro.



Con toda esta oferta deportiva nadie se puede resistir a visitar el Cerro de las Tres Cruces, un lugar que se debe dejar tal como se encontró para que las futuras generaciones puedan disfrutarlo a plenitud.



2.2


kilómetros de caminata   recorren los deportistas.

jueves, 18 de febrero de 2016

PIJAO, UN PUEBLO QUE VIVE SIN AFANES


Por Darwin Ávila V.

darwin.avila@qhubo.com


Enclavado en la Cordillera Central, departamento del Quindío, se encuentra el único pueblo de América Latina catalogado como ‘Citta Slow’, un rótulo sellado  desde Italia, cuna de la red mundial de ciudades sin prisa que abogan por la calidad de vida de sus  habitantes. 



Con el canto de los gallos de pelea inicia el día en ese paraíso terrenal, municipio que en la época de la colonización se bautizó como San José de Colón, pero que al independizarse el Departamento del Quindío, del ya conformado Caldas, adoptó el nombre de Pijao, en honor a los indígenas que habitaban ese territorio.



 Un total de 6.152 pijaenses son los afortunados huéspedes del ‘pueblo lento’, que dista de algún retraso en su infraestructura o en su gente.



Principio por el que en el 2014 el secretario general de la organización ‘Citta Slow’, Pier Giorgio Olivetti, arribó a Pijao y en una emotiva ceremonia reveló el anuncio de su inclusión en la lista de 221 municipios sin prisa.



¿Pero qué tiene Pijao para pertenecer a este selecto grupo? 



Primero que todo hay que anotar que el pueblo está suspendido en el tiempo. A simple vista los transeúntes se notan desprendidos del estrés característico en las grandes urbes, e incluso, hasta las horas  parece que corrieran más lentas, que los 60 minutos se extendieran para dar rienda suelta al disfrute de lo simple: la naturaleza y  la vida misma.

Los principales factores de este proceso son explicados con pasión por Mónica Flórez Arcila, comunicadora e investigadora nacida en esa población, y que con la Fundación Pijao Cittaslow está cambiando su mundo. 


“Lo que plantea el movimiento es que los municipios tengan saneamiento básico, defensa del medio ambiente,  arquitectura única,  que la gente siembre sus propios alimentos, además de generar energía renovable y turismo responsable”, dice Flórez.



Según Mónica, la gente hoy en día tiene una vida demasiado agitada y no disfruta de cosas tan simples como pasar tiempo con su familia, “por eso pretendemos lo local para lo global con las características singulares que debe tener cada pueblo de menos de 50.000 habitantes, y no al contrario, que es lo global para lo local, lo que nos está consumiendo”.



Un pueblo tradicional



Con solo pararse en una de las esquinas del pueblo se puede disfrutar de un impacto visual positivo, pues las casas conservan aún la arquitectura tradicional, con llamativos colores, ventanas y letreros en madera, con los que se promocionan, sin tanta contaminación visual, los locales comerciales más famosos de la comarca: como el  Bar Social.



Allí, detrás de una corpulenta vitrina permanece Fabio Duque, un pijaense de 54 años de edad que funge como administrador y copropietario. En su negocio tiene dos tesoros que han sido noticia en el mundo: una máquina de vapor italiana que data de 1820, y una registradora también del siglo pasado, la cual solo alcanza a cobrar un total de 999 pesos con 99 centavos, una cifra que para la época era astronómica y con la que se podían adquirir extensas propiedades, vehículos y hasta producción agrícola.



Fabio, de pelo blanco y cordialidad extrema, expresa orgulloso que su bar solo ha cerrado las puertas dos días: cuando murió su padre y un tío muy cercano, por lo demás, ni siquiera cuando ocurrió el terremoto de Armenia en 1999 dejó de atender a los que querían departir, tras la tragedia que enlutó al  país.



En ese viejo recinto los ancianos del pueblo disfrutan de un chico de billar o una partida de cartas, mientras que la música popular, a un volumen moderado, recorre cada rincón y un silbido hace eco cada vez que piden un tinto.



Al salir de este sitio se ven los cerros, reconocidos entre la gente como miradores y que se erigen imponentes brindando un aire fresco de 17 grados centígrados. Los niños recorren el parque principal y juegan fútbol con improvisadas canchas hechas con sus maletines, están tranquilos pues su ciudad es pacífica, y según la Policía de ese municipio, todo está bajo control.



Cruzando la esquina es imposible no entrar en el Bar Los Recuerdos, atendido por su propietario, Gonzalo Toro Otálvaro, alias 'Tova', de 66 años de edad, que guarda en su negocio la historia de la Colombia misma.



Las paredes de este ‘templo del tango’ están tapizadas con más de 11.000 fotografías que relatan hechos históricos, los que se funden en la tonada de ‘El día que me quieras’, de Carlos Gardel - el ‘himno nacional’ de su nicho bohemio, canción que se reproduce en un tocadiscos antiguo.

Muy a menudo Carlos Barbosa, un campesino de la región, llega a Los Recuerdos a sentir el ritmo de las cuerdas mientras saborea una cerveza Póker helada, su preferida, tras las largas jornadas de recolección de café, plátano y yuca, los principales cultivos de esta zona del país.

Y aunque esta producción es la de masas, dentro de ese pueblo sin prisa las familias cultivan sus propios alimentos, inclusive en los patios de sus casas. La misma Mónica Flórez es un claro ejemplo de la ejecución de esta iniciativa, pues en su hogar siembra tomates, pimentones, laurel, orégano, cilantro y cebolla, los que utiliza en la preparación de  alimentos.



Como pueblo lento el transporte es limitado. No hay necesidad de vehículos por la cercanía con todo y las bicicletas  y caballos son protagonistas en el diario vivir. Fernando Urán es uno de los más interesados en el transporte en dos ruedas y desde hace algunos meses fundó el club de ciclomontañismo Por Los Caminos de Citta Slow, que ofrece un turismo responsable desde el Cerro de Tarapaca hasta los destinos naturales de la Cordillera Central.



Desde el parque principal se puede ver el Arbol de las Garzas, que está a 25 metros y que es llamado así por la aglomeración de esas aves que se posan sobre su copa buscando refugio. La semana pasada el fotógrafo pijaense Óscar López volvió de Estados Unidos para volar su dron y captar imágenes desde el aire de esas aves y del pueblo que lo vio nacer. Como él, muchos naturales de Pijao están regresando para invertir en su pueblo y en el progreso que merece.



Consuelo López pasa por enfrente de la iglesia, que tiene forma de jabón -según algunos ciudadanos- y  declara que está orgullosa de su municipio por todo lo que conserva: “Me siento orgullosa por lo de ‘Citta Slow’, es un pueblo tranquilo, se vive muy bien, sin preocupaciones e invitamos a todos que vengan a conocerlo”, dijo.



Turismo del buen vivir



Los colombianos que buscan un merecido descanso en tierra fría, pueden incluir a Pijao como destino. Según Mónica Flórez, líder de ‘Citta Slow’, los que decidan visitar este pueblo, que está a una hora de Armenia y a cuatro horas de Cali, deben tener en cuenta el respeto a la tranquilidad del municipio y al medio ambiente. Información al teléfono: 312 8255613.



La semana pasada llegó a Pijao  una delegación de Canadá, para incentivar un proyecto de energía renovable.



La red Mundial ‘Citta Slow’ de ciudades sin prisa tiene sede en  Italia y nació en 1999.






lunes, 15 de febrero de 2016

MUESTRAN SU BELLEZA ANTE LA CÁMARA ESCONDIDA


Por: Darwin Ávila



Fotos: Parques Nacionales Naturales de Colombia


En lo más profundo de los Parques Nacionales Naturales de Colombia las más bellas especies de mamíferos y aves hacen sus mejores poses para las cámaras.



Aunque ellos no lo saben, están siendo fotografiados por modernos equipos, en una práctica denominada fototrampeo, que en síntesis consiste en una técnica de monitoreo que se utiliza para hacer seguimiento a la vida silvestre en su hábitat.



En Parques Nacionales Naturales la práctica de fototrampeo está siendo utilizada desde hace más de 15 años, inicialmente con cámaras en rollo, sin embargo, recientemente, la organización cuenta con 95 equipos más modernos que permiten grabar información digital.



Carolina Jarro Fajardo, subdirectora de Gestión y Manejo de Áreas Protegidas  de Parques Nacionales Naturales de Colombia, habló en exclusiva con Q’hubo sobre la dinámica, que cobra fuerza ahora que varias especies están amenazadas por algunos cazadores.



“El ejercicio permite conocer un poco sobre el estado de las poblaciones, sobretodo de animales grandes, la composición, algunos comportamientos como cuándo están en celo, hábitos de alimentación, todo en aras de la conservación”, dijo la funcionaria.



Según Jarro, las especies más vistosas, o que  salen frecuente en las tomas,  son los grandes mamíferos como por ejemplo los leopardos, osos de anteojos y pecari tajacu, como también  algunas aves, que son las que generalmente hacen que se disparen las cámaras y queden registradas en las bases de datos.





¿Cómo se hace?


Para instalar las cámaras se hace un análisis al interior de los bosques, en los posibles pasos de fauna, las cámaras se aferran a algunos árboles a una distancia con respecto a la altura que permita tomar la fotografía, de acuerdo al tipo de animal que se requiera.

Ya instaladas, una vez que se da el movimiento del espécimen, se activa la cámara y toma las imágenes también en video.


Semanalmente o mensualmente se cambia la tarjeta micro SD, donde se han  recopilado las imágenes de lo que está sucediendo dentro del bosque, que no se podrían observar si el fotógrafo estuviese allí.



Las fotos que proporcionan los equipos permiten conocer no solo la presencia de algunas especies, sino obtener estimas de su frecuencia y densidad, así como la identificación de individuos a través del diseño del pelaje, las manchas, etc., lo que proporciona a los investigadores una información muy valiosa.



Un gran equipo  a cargo



Según Parques Nacionales, en el  programa trabajan técnicos como biólogos, ecólogos, veterinarios y profesionales del área de comunicación. 



“El sistema es sencillo, permite que la información se baje al computador y se hagan los estudios de comportamiento, con un grupo multidisciplinario encargado de la investigación en campo”, expresó Carolina sobre los funcionarios de Parques Nacionales.



El beneficio para Cali y sus Farallones



Los parques que cuentan con este sistema de monitoreo en Colombia son: Chingaza, Tuparro, Tatama, Tayrona, Munchique, Nevados, Orquídeas, Puracé, Doña Juana,  Guanenta y los Farallones de Cali. En este último se está implementando una campaña de educación y sensibilización ambiental, para que la gente valore la función  que tiene la fauna dentro de un ecosistema.



“Lo que se busca es que la gente entienda que cada animal que está en un ecosistema tiene una función y que gracias a esas especies es que los ecosistemas prestan servicios, como por ejemplo la provisión de agua para Cali, con la fauna que hace parte de los Farallones de Cali”, finalizó Carolina Jarro.



En síntesis, entre mejor se conserve la vida silvestre, mejores ecosistemas productores de agua vamos a tener. Así que en esta época, en la que los osos de anteojos y demás animales están siendo objeto de los violentos, todos los ciudadanos debemos salir a defender nuestras especies y que puedan seguir diciendo: “whiskey”, a las cámaras de fototrampeo, o de vida, como se les conoce.






LOS BOSQUES QUE ENCANTAN A CALI




Por Darwin Ávila Vanegas

En la zona rural de Cali aún se conserva la tradición oral en la que  indígenas milenarios, duendes y entidades espirituales  defienden a capa y espada el  bosque y los nacimientos de agua, lo que ratifica que el rótulo de ‘Cali encantada’, está intacto.


 El periódico Q’hubo se adentró en algunos  lugares que son desconocidos para la mayoría de los ciudadanos, en los que los mitos e historias  que han pasado de generación en generación son el pan de cada día.



A solo 30 minutos de La Sirena, saliendo hacia el corregimiento de Villa Carmelo (Oeste caleño), se encuentra un sitio sellado por la magia.



Se trata de la cascada ‘El Alemán’, una maravilla natural de 20 metros de altura, de la que cae un rocío de agua que cuenta a sollozos una historia triste de saqueo que inició  100 años atrás.



El mayordomo de ese paraíso es Jairo Hernández, un hombre de  al menos 40 años de edad que cuenta con amabilidad que los alemanes fueron los ‘reyes’ de esa tierra, de la que extrajeron miles de pepitas de oro.



“Los alemanes lavaron oro ahí. Ellos construyeron una casa que tiene más de 100 años. En esa época había molino, minas y se sabe que antes, en el tiempo de la colonia, los españoles ya habían saqueado esa tierra”, dice el cuidador.



La casa, una vetusta edificación de madera tan vieja como el modo de andar a pie, parece un ‘arca’ sacada de una película de terror.



 Sin embargo, cuentan  otros moradores del sector, que con el pasar de los años algunas entidades espirituales han hecho suyas esas tierras, y en ocasiones han visto una mujer indígena con traje de oro puro, deambulando en el cruce de las quebradas La Cristalina y La Candelaria.



Allí también se habla de guacas que deslumbran a altas horas de la noche a distraídos  caminantes.

Además, relatan que la dama aparece en los sueños de los labriegos, quienes al siguiente día sufren por los fuertes ‘chupados’,  que según ellos, les ocasiona en sus cuellos.


El ‘Cárpatos’ caleño



 Al igual que en Europa, donde los Montes Cárpatos lucen imponentes sobre la Cordillera Oriental desde el Danubio hasta Transilvania, en Santiago de Cali existe un micro sistema montañoso llamado ‘Cárpatos’, pero en la vereda La Candelaria.



  Para ciclistas y caminantes es solo la huella boscosa más difícil de ascender, que tiene desnivel positivo de hasta el 60 por ciento, pero para otros lugareños como don Carlos Murillo, es un portal espiritual que fue descubierto por tribus indígenas del pasado.



“Ellos lo descubrieron y en la actualidad muchas personas suben a hacer sus meditaciones, aunque estos temas no los conoce todo el mundo, ni los entienden”, dijo Carlos, que lleva 65 años viviendo en ese lugar.



 Pero su hermano Alejandro Murillo describió otra experiencia, que a su vez le contaron: “los habitantes hablan de duendes que molestan a los jornaleros. Alguien contó una vez que en una noche fría se fue a dormir y al poco tiempo se le acostó al lado un niño, lo abrazó sin hacerle daño y le habló sin que éste pudiera entenderle”.



‘Alejo’ se refirió a los gnomos, esos pequeños hombres de los  que nadie quiere escuchar cuando se está en un paraje rural, lejos de la civilización,  donde el ruido de la fauna y la flora es el único acompañante.



¿Duendes en los Farallones de Cali?


Tomás Muñoz es un ‘duendero’ de profesión. LLeva 30, de sus 50 años de edad, investigando sobre este tipo de personajes míticos que, según él, son los guardianes del bosque y la naturaleza.


Tras su larga búsqueda, creó en 2007 un espacio mágico al que llamó ‘Bichacue Yath’, nombre Nasa que significa santuario de aves y en el que resguarda cientos de figuras de duendes hechos en cerámica, cada uno con una historia que ha escuchado a lo largo de su vida.



“Quiero saber qué hay de lógica en el tema de los duendes, y en eso me he gastado mis últimos 30 años, eso me ha permitido hacer un pequeño resumen científico, pero no es tan agresivo y sé que son guardianes del bosque, esos personajes que están custodiando, agua, bosque, oro y que no  toleran que los humanos entren a  impactar el paisaje”, expresó Tomás, mientras mostraba su santuario de musgo en el que los barranqueros y guacharacas se pasean orondos de palo en palo.



Tomás, que usa gafas redondas al estilo ‘Ray-Ban’, es un hombre de montaña y en el Bosque El Secreto, cerca de la escuela donde funge como profesor, fue donde recientemente tuvo cierto contacto con esos sus ‘mejores amigos’.



“En una salida que hice para fotografiar insectos estuve de 4 horas perdido, ya estaba preocupado porque no tenía alimentación, escuchaba sonidos pero no me orientaba. Hice una ofrenda a los duendes, destapé algunos dulces y los dejé en el camino pidiéndoles que me mostraran el camino, que abriera el cielo, a los pocos minutos ellos me ayudaron a regresar”, comentó con respeto y mística el señor Muñoz.



Como él, muchos son los creyentes en los encantos y temas espirituales de nuestra ciudad, pero lo que sí es seguro, es que la naturaleza se está defendiendo de tanto atropello humano, pues la mayoría de estos lugares son contaminados a diario por turistas sin educación en la conservación ambiental.

Al final todos tenemos una historia de duendes  que contar, lo que queda claro tras escuchar, las acá contadas, es que en la ‘Cali encantada’, de que los hay los hay.