lunes, 23 de mayo de 2016

EL CHAVO AÚN ‘VIVE’ EN ACAPULCO

Crónica. Revivimos las vacaciones del Chavo del 8, en la costa pacífica mexicana

Por Darwin Ávila V.
Enviado especial a Acapulco



Cuando alguien pregunta por el Chavo del 8 en las calles de Acapulco, estado de Guerrero, cualquier ciudadano te remite al antiguo hotel Continental, hoy Emporio, sitio en el que en 1977 se grabaron los episodios 173, 174 y 175 de las vacaciones de la vecindad, los que aún permanecen grabados en la mente  de los mexicanos.

Es más, de inmediato te empiezan a relatar historias de la época en la que centroamérica se rindió a los pies de uno de los grandes humoristas latinoamericanos: el gran ‘Chespirito’.

Una sola vez bastó

Eran años en los que la serie gozaba de gran popularidad en territorio ‘manito’, por lo que su creador, Roberto Gómez Bolaños, decidió sacar por primera vez del ‘set’ a los protagonistas y llevarlos a un sitio de gran afluencia de turistas, para generar mayor impacto.

De inmediato se trasladó la producción a las playas de Acapulco. Allí, en ese lujoso hotel llamado Continental, se reservó gran parte del balneario para que los actores principales (ver recuadro), hicieran de las suyas.

Hay que recordar que en el argumento principal del primer episodio de las vacaciones, La Chilindrina se gana un viaje a Acapulco para dos personas con todos los gastos pagos, luego de comprar un producto para brillar plata. Lógicamente viajó con su papá: Don Ramón.

Los habitantes de la vecindad, al enterarse de que ellos irían a la playa, se montaron en el paseo y es así como Doña Florinda, Quico y hasta el Profesor Jirafales terminaron reunidos en ese paradisiaco escenario.

El Chavo, quien en principio se había quedado solo en la vecindad, fue invitado por el señor Barriga, quien al llegar a cobrar la renta y darse cuenta que se habían marchado, decidió llevarse al niño  al mismo destino y armar tremendo alboroto en el hotel. 

De ahí en adelante el director de la serie, Enrique Segoviano, comanda una serie de eventos cómicos sin relación entre si, con los niños y adultos de la vecindad, en distintos lugares del complejo.

La fiebre por El Chavo del 8 en Acapulco

 Son esos aficionados a las travesuras del chavito, los que llegan cada año al hotel Emporio - una mole de 422 habitaciones erigido en la Avenida Costera Miguel Aleman- a averiguar si existe algún recuerdo de esa grabación, algo que los acerque al espíritu de Roberto Gómez, fallecido en 2014.


Pues resulta que sí, existen varios lugares dentro de la edificación que dan fe del hecho. Don Manuel  Fajardo, jefe de botones en el hotel, es el más indicado para hablar del tema, pues con   20 años de experiencia en los servicios turísticos, ha recolectado suficiente información para ofrecerla a los cientos de curiosos.

Con gran elocuencia ofrece un ‘mini tour’ para conocer de cerca la experiencia. La primera parada es la puerta principal giratoria, famosa pues en la llegada a Acapulco, El Chavo entra por ella junto con el Señor Barriga y al dar la vuelta completa termina de nuevo en la calle con la frase célebre: “no sabía que el hotel era lo mismo por dentro que por fuera”.

Luego, la parada obligada es la alberca (piscina), en la que se realizó la producción del segundo capítulo, con escenas inolvidables como en la que El Chavo se burla del vestido de baño de Doña Florinda y cuando ella viene a defenderse del insulto lanza al agua a Don Ramón, quien a lo largo de la serie, termina siempre ‘llevando del bulto’.

El tercer atractivo es el restaurante -antes llamado Las Bugambilias, hoy en día Condimento- donde  se grabó la escena del desayuno en el tercer episodio, la misma en la que El Chavo   destruye la mesa donde se reune a comer la vecindad, para  luego terminar pidiendo una torta de jamón.

Al final, don Manuel, con la marca de los años que le brindan algunas canas y la amabilidad que lo caracteriza, muestra la habitación 1027 y la 1031, donde se hospedó el protagonista de la serie.

Es tan famosa la recámara, que algunos huéspedes que reservan con antelación, pagan por la exclusividad de llegar a ésta y revivir la escena de la vista en el balcón, para tomarse la misma foto.

“Los que visitan el hotel preguntan por la habitación del Chavo del 8, principalmente los brasileros y colombianos, les da curiosidad saber dónde se grabaron las Vacaciones en Acapulco”, explica Fajardo.

Recuerdo de un grande

Otro que rememora como si fuera ayer, lo que se vivió hace 39 años, es Francisco Torres, encargado del área de piscinas quien alcanzó a ver parte de la grabación de la playa, en el remate de la noche cuando El Chavo cierra con el tema  ‘Buena noches vecindad’ y que fue de su autoría.

“Lo mejor es ver a la gente llegar al hotel para tomarse fotos en los lugares en que se divirtió el Chavo del 8”, dijo ‘Pacho’.

Don Amaury Granados, acapulqueño, también se unió a los reconocimientos hacia el chavito.

“El programa fue hecho para adultos y aunque ya él no exista nos dejó un gran legado, hoy se repiten los capítulos hasta tres veces por día”.

En los corredores del Emporio aún se escucha la voz del Chavo del 8 y de La Chilindrina, los gritos del profesor Jirafales y las risas de miles de latinoamericanos que llevarán por siempre a su personaje en los corazones y lo recordarán como el niño huérfano que les devolvió la ilusión, a pesar de las dificultades, y como diría el mismo chavito... Eso, eso, eso...

El reparto viajó a Acapulco

En los primeros meses de 1977 los personajes principales de la serie El Chavo del 8, se desplazaron vía aérea a Acapulco, México, para grabar 3 episodios llamados: Vacaciones en Acapulco. Fueron emitidos entre mayo y junio del mismo año y repetidos en 1978-1979.  El Chavo, Quico, Don Ramón, Doña Florinda, El Profesor Jirafales, El Señor Barriga, La Chilindrina, Doña Clotilde y Horacio Gómez (como el mesero), fueron los elegidos para la aventura. Se dice que fue la despedida de Carlos Villagrán.




“YO VOLÉ UN EDGE 540 DE LA ‘F1 DEL AIRE’”

Crónica sobre la  experiencia de pilotear un avión de carreras, en  la exhibición del Red Bull Air Race en Acapulco, México.

Por Darwin Ávila Vanegas
Enviado especial a México.


Volar a  más de 400 km/h, en un avión que mide 6.3 metros y que pesa solo  media tonelada puede parecer arriesgado, hasta suicida, pero luego de estar en el aire, devorando nudo a nudo la creación de Dios en el firmamento, se convierte en una de las mejores experiencias.

En medio de la exhibición del Campeonato Mundial del Red Bull Air Race, la competencia a motor más rápida y emocionante en el plano deportivo, cumplida este fin de semana en Acapulco, México, fui invitado a vivir en carne propia las sensaciones de los   experimentados pilotos de carreras.

Mi compañero de aventura es Cristian Bolton, chileno, de 42 años de edad, quien lleva más de 20 enamorado del cielo. Dice que su oficina tiene la mejor vista del universo. A las 3:15 p.m. inicia la preparación, la cual cuenta con un análisis de estado físico en tierra, protocolos y algunas recomendaciones para la seguridad.

Cristian, quien fue piloto militar, no deja nada al azar. Me explica con detenimiento la posición dentro de la cabina del Edge 540, un avión de carreras fabricado por Zivko (EE.UU.), que fue dispuesto para alcanzar más de 12 gravedades. Una cosa de locos.
El hangar 3 del más grande aeropuerto del Estado de Guerrero, ubicado a un costado del Oceano Pacífico, es el escenario confirmado por la organización, para la osadía.

Son las 3:30 p.m. y empezamos nuestra aproximación a la aeronave, que está parqueada en plena pista. De fondo se encuentran los dos pilones de 25 metros, que se erigen para que los aviones pasen entre ellos, obligación en las competencias.

Raul, técnico del campeonato que desde 2005 se realiza en el globo terráqueo en ciudades como Budapest, Chiba (próxima válida) y Abu Dhabi, pule algunos detalles como la puesta a punto del paracaídas y los controles de la cabina. Dice que nada malo sucederá.

Un sol canicular abrasa la cubierta del aeroplano. Captamos la fotografía de rigor y empezamos el recorrido en el asfalto.

El controlador aéreo, en inglés, da vía libre para el despegue y en menos de 10 segundos estamos en el cielo mexicano.

El intercomunicador nos brinda una comunicación fluida entre Bolton y yo. Lo primero es estabilizar el aparato, generar la confianza necesaria, para luego comenzar con lo emocionante: las piruetas.


Aproximadamente 400 km/h es la velocidad para pasar entre los dos pilones que están a 11 metros entre si. Ahí me doy cuenta que volar a menos de 20 metros sobre el suelo para evitar obstáculos inflables es muy  complejo, miedoso.

Sin embargo lo más difícil es soportar las seis gravedades que se generan cuando, al salir  de los pilones, la nave se eleva con un giro fuerte a la derecha, que no me deja sostener la cabeza y me obliga a recostarla contra el asiento mientras que se acaba la maniobra.

Cristian  dice que cómo me siento, que si aguanto más. Le digo que estoy perfecto gritando varios “Huuu..”, mientras el sonido ensordecedor del motor AEIO 540 nos eriza la piel  con sus 340 caballos de fuerza rugiendo en el aire.

Es como si una fuerza oculta del universo conspirara para sacar las más fuertes sensaciones del cuerpo, las mismas que sienten los 21 pilotos master y challenger de la competición.

A 500 metros del sitio de práctica está la laguna de Coyuca. Sobre ese espejo de agua el piloto me indica que vamos a practicar el ‘ocho habanero’, una acrobacia que se compone de un giro (loop), en el eje vertical, con toneles, según él, si se viera desde abajo el recorrido sería dibujar un 8 entre las nubes.

Con el avión pleno y el jefe listo para demostrar de qué está hecho, continúa el show. Abajo el espectáculo visual es de grandes proporciones, según contaron después los espectadores latinos.

Un ‘hammer head’ es la última pirueta. El avión asciende directo con un angulo de 90 grados al horizonte, antes de llegar a velocidad cero, Cristian lo gira con los pedales, la cola y éste queda apuntando hacia el lago, acelera y finalmente recupera para partir al horizonte.
Siento que soy quien se va de este mundo, pues la adrenalina mezclada con el nerviosismo es un cóctel que en el momento te hace pensar en todos tus seres queridos, en lo realizado.

”Buscamos que se acerquen lo más posible a  lo que nosotros los pilotos del circuito del Red Bull Air Race sentimos cuando estamos volando”, son las palabras de Cristian antes de aterrizar, de acabar con el sueño ya cumplido.


Carreteamos de nuevo al hangar y tras dos pasos en la pista doy gracias a Dios. Me despido de Cristian, que la otra semana volará en Europa o Estados Unidos. Mientras tanto yo regreso a Colombia, en un Airbus 787, aunque quiero hacerlo en el avioncito de las piruetas.




lunes, 22 de febrero de 2016

“Estamos preparados para vencer en el Tour de Francia”

Nairo Quintana volvió a su tierra, Boyacá, para compartir experiencias con la nueva sangre del ciclismo y sus seguidores.


Por Darwin Ávila Vanegas
Enviado especial a Tunja

Nairo Quintana en la rueda de prensa el  21 de febrero. Foto: Darwin Ávila.


Un grupo de aficionados al ciclismo, que aguardaba a Nairo afuera de su apartamento, en Tunja, por poco fue el culpable de que el gladiador colombiano no llegara a la rueda de prensa preparada en su honor, en el marco de los Campeonatos Nacionales de Ruta 2016.

A las 4:00 de la tarde del sábado, en el Centro de Experiencias de Movistar, a un costado de la Plaza de Bolívar, estaba pactada la cita del corredor boyacense con más de 30 periodistas de todo el país, que querían preguntarle sobre su presente de cara a la temporada que se avecina, en la que intentará lograr el cetro del Tour de Francia.

A Nairo lo cuidan como la joya de la corona que es. Movistar Team lo acompaña muy de cerca junto con personal de seguridad y logística. Nada puede salir mal con el mejor ciclista de la historia de Colombia.

Aunque es un hombre delgado no pasa desapercibido. A la reunión llegó con el uniforme de presentación de la marca que lo patrocina y en compañía de Winner Anacona, uno de los cuatro escarabajos colombianos que estarán este año con el Movistar Team de España. 

Los otros son Carlos ‘Bananito’ Betancur y el hermano de Nairo, Dayer Quintana, reciente ganador  del Tour de San Luis, en Argentina.

La primera pregunta de la jornada la formulé pensando en esa relación de hermanos, ya hablando de ligas mayores y previa a las grandes carreras. Sin embargo pudimos indagar sobre su pensamiento, sensaciones y retos en los que su pasión brota a flor de piel.

¿Nairo, es una motivación extra correr con tu hermano?
Nairo en los Nacionales de Ruta, prueba élite.

Dayer siempre ha venido siguiéndome los pasos, su fortaleza lo ha llevado a tener dos victorias en profesionales. Es una alegría que esté al lado mío, que sea mi hermano, por que yo fui el que le enseñó a montar bicicleta. Hay que esperar a ver el equipo (Movistar), en qué carrera lo mete para que corra conmigo.

¿Qué siente cuándo todos gritan su nombre en la calle, en la pista?

Es emocionante ver la afición que vino a disfrutar de los Campeonatos Nacionales de Ruta en Boyacá, de un circuito que gustó mucho. Cuando los niños ven a los ciclistas se emocionan y cuando ven al héroe de su tierra mucho más y como dice Amparo Grisales: “se me eriza la piel”.

¿Movistar ya está preparado para ganar el Tour de Francia, como lo dice Eusebio Unzué?

Creo que él lo dice de cierta manera por la confianza. Hemos fortalecido el equipo, tomado más experiencia, estando tres veces en el podio en las grandes, cuarto en la Vuelta a España. Es algo que él piensa y yo también, estamos preparados para vencer el Tour, esperemos que los que llevemos a la carrera no nos equivoquemos, seguramente Winner Anacona estará allí como el año pasado. Pienso que si la buena suerte nos acompaña, estaremos nuevamente disputándolo y con la ilusión de ganarlo.

¿Sabe usted cuál va a ser el criterio de escogencia del equipo colombiano para Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016?

No hemos hablado con la Federación Colombiana de Ciclismo, es verdad que normalmente llevan a quienes están en mejor estado físico y a los ganadores, pero pienso que tenemos que ir haciendo una selección con gente que pueda ayudar y que esté dispuesta a tirar en caso que haya que tirar y ayudar, muchas veces vamos solo los que nos gusta ganar.

¿Cuál fue su relación con Franco Gini?

Lamentamos el fallecimiento de Franco. Sentido pésame para todo el ciclismo colombiano. Siempre estuvo pendiente de los colombianos, nos llevó a distintas carreras, yo lo conocí en 2009 y fuimos creciendo con él en la Selección Colombia, en la que recibíamos un buen trato e hicimos una buena amistad.

¿Cómo debería ser una preparación integral para los ciclistas?

Hay diferentes formas de preparación, cada vez con la tecnología se avanza más, unos se adaptan, otros no y otros combinamos de las dos. Es verdad que Movistar tiene mucha tecnología como GPS y demás, pero lo importante es amar lo que se hace y hacerlo con pasión.

¿Soñó con estar en la historia de la élite del ciclismo colombiano?
Nairo Quintana (Izq.) y Winner Anacona (Der.). Foto: Movistar Team.

Desde antes ya pensaba con hacer cosas grandes, le decía a mis compañeros que quería llegar al Tour de Francia y ganar etapas. Una vez en una carrera todos se quejaban porque no tenían cosas bonitas y les dije: nosotros lo podemos hacer tan bonito como queramos, si tenemos esa actitud y somos profesionales, podremos estar adelante. Algunos se reían en la cara y pues yo decía, pueden tener la razón, pero ese era mi sueño.

¿Qué tan importante es la contrarreloj por equipos en los Campeonatos Nacionales?

Muchos decían que no ponían a los ‘Chinos’ a correr la contrarreloj, porque no eran contrarrelojeros. Lo importante es ponerlos a competir por equipos, porque muchos jóvenes que salen a profesionales  no sabían correrla. Verlos a los otros pedalistas en España que iban a 60 y muy rápido en las curvas, yo sudaba, temblaba y pues era un reto para mí; no sabía ir bien en la bicicleta de crono en grupo. Esa vuelta a España, la contrarreloj, la ganamos en Pamplona en 2012 y eso me ayudó para prepararme en grupo y en contrarreloj.

¿Qué mensaje brinda a los colombianos?

Con las grandes posibilidades no dejan de ser posibilidades, no hay nada seguro, el profesionalismo lo llevamos en la sangre y hacemos las cosas lo mejor que podamos para regalarle el sueño amarillo a Colombia. Me sentiría muy orgulloso de poder llevarle esto al país, porque cada vez vemos en peores circunstancias esta hermosa tierra. Seguimos intentándolo, no se si sea este año o el otro, pero seguimos con la mente puesta en ese objetivo que es triunfar en el Tour de Francia.

¡1.480 METROS DE DEPORTE Y VIDA!

Cali vital.  el cerro de las tres cruces sigue siendo el lugar preferido por los caleños para realizar actividad física y recreación


Por Darwin Ávila Vanegas


Paola Ossa, una caleña de 26 años de edad, residente en el norte de Cali, lleva más de dos años realizando actividad física en el Cerro de las Tres Cruces, una experiencia que no solo la mantiene renovada  sino que le ha cambiado la vida.


Tres veces por semana realiza el ascenso a la montaña, que desde los años de upa ha sido escenario de deporte y recreación para los caleños, y  que alcanza los 1.480 metros sobre el nivel del mar.



Altos de Normandía es el sitio de salida usual para Paola,  sin embargo existen otros puntos de acceso como lo son: Bataclán y Chipichape, además de la entrada vehícular, una carretera destapada que se extiende  alrededor de la montaña en 7 kilómetros aproximadamente.



 Este escenario natural es baluarte y símbolo de la ciudad de Cali y en otrora  fue noticia por la historia de ‘Burizaco’, un demonio que habitaba en  lo más alto y por el que se construyeron las tres cruces en el año 1937.


Paola Ossa y Shirley García, dos deportistas caleñas en  el cerro.
Un equipo de Q’hubo se puso los tenis para conocer de cerca la actualidad del cerro tutelar de la ciudad.


Primero hay que decir que desde las 5:00 a.m. los caleños aficionados al deporte inician su práctica, Paola, por ejemplo, arranca el ascenso  a las 6:00 a.m. en compañía de Shirley García, su compañera de entreno.



 “Me parece muy bien el ejercicio en el cerro, es uno de los mejores epicentros deportivos, porque es gratuito y la gente busca economía, además se fortalece el ritmo cardiaco y las piernas”, expresó Paola.



Mientras caminaba hacía la cima hablamos con Carlos Stalin Dejanón, natural  de Estados Unidos, quien lleva más de 15 años  haciendo senderismo en el cerro.



Este profesional de las lenguas extranjeras, que dedica su vida a disfrutar de la naturaleza, piensa que ese espacio es el mejor lugar para llenar los pulmones de oxígeno, sin embargo cree que aún falta mucho en materia de seguridad para todos los visitantes

.
“La seguridad ahora es un poco mejor, pero antes había mucho vándalo, es algo que debe mejorar”, dijo  Dejanón.


En el trayecto, antes del descanso, se ven alrededor de 6 auxiliares de Policía, sin embargo son 25 los que cuidan todo el recorrido, más los 20 que permanecen en la subestación del Cerro de las Tres Cruces.



Así lo afirmó el Mayor Jhon Jairo Vargas Castaño, comandante del Distrito I de la Policía Metropolitana de Cali, encargado de la seguridad de esa zona, quien es consciente de los problemas de este tipo.


Muchos le tienen miedo a esta pared, por la inclinación que tiene.
“Tenemos  servicio permanente para la seguridad en dicho lugar, Policía de Carabineros, caninos y auxiliares bachilleres para contrarrestar atracos, hurtos, y peleas que se puedan presentar”, puntualizó el Comandante.


Vargas comentó además que algunos delincuentes se camuflan entre los deportistas para cometer delitos, sin embargo explicó que la seguridad comienza en cada ciudadano.



“Recomendamos a la comunidad utilizar las vías reglamentadas o las que tengan mayor afluencia, por lo regular a veces se toman caminos distintos   que son alejados, no contamos con la presencia en esos lugares y entonces ahí es donde cometen hurtos”, finalizó.



Entre las 500 personas que ascienden entre semana a la montaña, nos encontramos a Stefanny Moncada, caleña que lleva  tres meses seguidos ejercitándose allí.



Para ella el plan es muy gratificante y como  muchas mujeres que les gusta pulir su cuerpo con las caminatas, sube la famosa pared con unos pequeños cojines rellenos de arena, amarrados en sus piernas, que pesan más de 2 kilos cada uno.



El periodista Darwin Ávila, en la piedra de las fotos.
 “Es rico, porque uno se despeja, es bueno para la salud, el terreno es chévere,  porque se baja con otro pensamiento y con los policías uno se siente seguro”, dijo Stefanny.



 Luego de una hora de recorrer ese paraíso natural se llega a la cima, donde confluyen adultos mayores, mujeres, niños, ciclistas, mascotas y vendedores estacionarios.



 Conversamos con Rafael Granada, un hombre  que lleva 19 años vendiendo jugos en un puesto.



Todos los días desde las 5:30 de la mañana y hasta la 1:00 p.m. ofrece néctares  de naranja, mandarina, zanahoria, uva a 2.000 y a 4.000 el vaso, a los sedientos deportistas.



“Hay días que nos va bien, no es consistente”, declaró el vendedor mientras exprimía una fruta cítrica.



Unos metros más arriba, en la base donde se erigen las tres cruces, una de las cuales mide 26 metros de altura y 11  de ancho, decenas de personas aprovechan para realizar ejercicio funcional, en un gimnasio que ha mejorado su infraestructura.


La mayoría de  caminantes descienden por una ruta que lleva a Altos de Normandía.
Sobre las ventajas de la actividad deportiva en el sendero, el entrenador personal Alejandro Valencia, de Runners Cali, dijo que lo primero que se fortalecen son las piernas y glúteos. 


 “En el entrenamiento le permite a las personas dominar la potencia en sus extremidades inferiores. Además en la cima se pueden  hacer otros trabajos como abdominales, brazo y pecho”.



Para Alejandro lo positivo es que en las distintas rutas se adquiere nivel físico más capacidad pulmonar y ‘cardio’ esto, sumado al contacto con la naturaleza, mejora el funcionamiento del corazón y del cerebro.



Con toda esta oferta deportiva nadie se puede resistir a visitar el Cerro de las Tres Cruces, un lugar que se debe dejar tal como se encontró para que las futuras generaciones puedan disfrutarlo a plenitud.



2.2


kilómetros de caminata   recorren los deportistas.

jueves, 18 de febrero de 2016

PIJAO, UN PUEBLO QUE VIVE SIN AFANES


Por Darwin Ávila V.

darwin.avila@qhubo.com


Enclavado en la Cordillera Central, departamento del Quindío, se encuentra el único pueblo de América Latina catalogado como ‘Citta Slow’, un rótulo sellado  desde Italia, cuna de la red mundial de ciudades sin prisa que abogan por la calidad de vida de sus  habitantes. 



Con el canto de los gallos de pelea inicia el día en ese paraíso terrenal, municipio que en la época de la colonización se bautizó como San José de Colón, pero que al independizarse el Departamento del Quindío, del ya conformado Caldas, adoptó el nombre de Pijao, en honor a los indígenas que habitaban ese territorio.



 Un total de 6.152 pijaenses son los afortunados huéspedes del ‘pueblo lento’, que dista de algún retraso en su infraestructura o en su gente.



Principio por el que en el 2014 el secretario general de la organización ‘Citta Slow’, Pier Giorgio Olivetti, arribó a Pijao y en una emotiva ceremonia reveló el anuncio de su inclusión en la lista de 221 municipios sin prisa.



¿Pero qué tiene Pijao para pertenecer a este selecto grupo? 



Primero que todo hay que anotar que el pueblo está suspendido en el tiempo. A simple vista los transeúntes se notan desprendidos del estrés característico en las grandes urbes, e incluso, hasta las horas  parece que corrieran más lentas, que los 60 minutos se extendieran para dar rienda suelta al disfrute de lo simple: la naturaleza y  la vida misma.

Los principales factores de este proceso son explicados con pasión por Mónica Flórez Arcila, comunicadora e investigadora nacida en esa población, y que con la Fundación Pijao Cittaslow está cambiando su mundo. 


“Lo que plantea el movimiento es que los municipios tengan saneamiento básico, defensa del medio ambiente,  arquitectura única,  que la gente siembre sus propios alimentos, además de generar energía renovable y turismo responsable”, dice Flórez.



Según Mónica, la gente hoy en día tiene una vida demasiado agitada y no disfruta de cosas tan simples como pasar tiempo con su familia, “por eso pretendemos lo local para lo global con las características singulares que debe tener cada pueblo de menos de 50.000 habitantes, y no al contrario, que es lo global para lo local, lo que nos está consumiendo”.



Un pueblo tradicional



Con solo pararse en una de las esquinas del pueblo se puede disfrutar de un impacto visual positivo, pues las casas conservan aún la arquitectura tradicional, con llamativos colores, ventanas y letreros en madera, con los que se promocionan, sin tanta contaminación visual, los locales comerciales más famosos de la comarca: como el  Bar Social.



Allí, detrás de una corpulenta vitrina permanece Fabio Duque, un pijaense de 54 años de edad que funge como administrador y copropietario. En su negocio tiene dos tesoros que han sido noticia en el mundo: una máquina de vapor italiana que data de 1820, y una registradora también del siglo pasado, la cual solo alcanza a cobrar un total de 999 pesos con 99 centavos, una cifra que para la época era astronómica y con la que se podían adquirir extensas propiedades, vehículos y hasta producción agrícola.



Fabio, de pelo blanco y cordialidad extrema, expresa orgulloso que su bar solo ha cerrado las puertas dos días: cuando murió su padre y un tío muy cercano, por lo demás, ni siquiera cuando ocurrió el terremoto de Armenia en 1999 dejó de atender a los que querían departir, tras la tragedia que enlutó al  país.



En ese viejo recinto los ancianos del pueblo disfrutan de un chico de billar o una partida de cartas, mientras que la música popular, a un volumen moderado, recorre cada rincón y un silbido hace eco cada vez que piden un tinto.



Al salir de este sitio se ven los cerros, reconocidos entre la gente como miradores y que se erigen imponentes brindando un aire fresco de 17 grados centígrados. Los niños recorren el parque principal y juegan fútbol con improvisadas canchas hechas con sus maletines, están tranquilos pues su ciudad es pacífica, y según la Policía de ese municipio, todo está bajo control.



Cruzando la esquina es imposible no entrar en el Bar Los Recuerdos, atendido por su propietario, Gonzalo Toro Otálvaro, alias 'Tova', de 66 años de edad, que guarda en su negocio la historia de la Colombia misma.



Las paredes de este ‘templo del tango’ están tapizadas con más de 11.000 fotografías que relatan hechos históricos, los que se funden en la tonada de ‘El día que me quieras’, de Carlos Gardel - el ‘himno nacional’ de su nicho bohemio, canción que se reproduce en un tocadiscos antiguo.

Muy a menudo Carlos Barbosa, un campesino de la región, llega a Los Recuerdos a sentir el ritmo de las cuerdas mientras saborea una cerveza Póker helada, su preferida, tras las largas jornadas de recolección de café, plátano y yuca, los principales cultivos de esta zona del país.

Y aunque esta producción es la de masas, dentro de ese pueblo sin prisa las familias cultivan sus propios alimentos, inclusive en los patios de sus casas. La misma Mónica Flórez es un claro ejemplo de la ejecución de esta iniciativa, pues en su hogar siembra tomates, pimentones, laurel, orégano, cilantro y cebolla, los que utiliza en la preparación de  alimentos.



Como pueblo lento el transporte es limitado. No hay necesidad de vehículos por la cercanía con todo y las bicicletas  y caballos son protagonistas en el diario vivir. Fernando Urán es uno de los más interesados en el transporte en dos ruedas y desde hace algunos meses fundó el club de ciclomontañismo Por Los Caminos de Citta Slow, que ofrece un turismo responsable desde el Cerro de Tarapaca hasta los destinos naturales de la Cordillera Central.



Desde el parque principal se puede ver el Arbol de las Garzas, que está a 25 metros y que es llamado así por la aglomeración de esas aves que se posan sobre su copa buscando refugio. La semana pasada el fotógrafo pijaense Óscar López volvió de Estados Unidos para volar su dron y captar imágenes desde el aire de esas aves y del pueblo que lo vio nacer. Como él, muchos naturales de Pijao están regresando para invertir en su pueblo y en el progreso que merece.



Consuelo López pasa por enfrente de la iglesia, que tiene forma de jabón -según algunos ciudadanos- y  declara que está orgullosa de su municipio por todo lo que conserva: “Me siento orgullosa por lo de ‘Citta Slow’, es un pueblo tranquilo, se vive muy bien, sin preocupaciones e invitamos a todos que vengan a conocerlo”, dijo.



Turismo del buen vivir



Los colombianos que buscan un merecido descanso en tierra fría, pueden incluir a Pijao como destino. Según Mónica Flórez, líder de ‘Citta Slow’, los que decidan visitar este pueblo, que está a una hora de Armenia y a cuatro horas de Cali, deben tener en cuenta el respeto a la tranquilidad del municipio y al medio ambiente. Información al teléfono: 312 8255613.



La semana pasada llegó a Pijao  una delegación de Canadá, para incentivar un proyecto de energía renovable.



La red Mundial ‘Citta Slow’ de ciudades sin prisa tiene sede en  Italia y nació en 1999.






lunes, 15 de febrero de 2016

MUESTRAN SU BELLEZA ANTE LA CÁMARA ESCONDIDA


Por: Darwin Ávila



Fotos: Parques Nacionales Naturales de Colombia


En lo más profundo de los Parques Nacionales Naturales de Colombia las más bellas especies de mamíferos y aves hacen sus mejores poses para las cámaras.



Aunque ellos no lo saben, están siendo fotografiados por modernos equipos, en una práctica denominada fototrampeo, que en síntesis consiste en una técnica de monitoreo que se utiliza para hacer seguimiento a la vida silvestre en su hábitat.



En Parques Nacionales Naturales la práctica de fototrampeo está siendo utilizada desde hace más de 15 años, inicialmente con cámaras en rollo, sin embargo, recientemente, la organización cuenta con 95 equipos más modernos que permiten grabar información digital.



Carolina Jarro Fajardo, subdirectora de Gestión y Manejo de Áreas Protegidas  de Parques Nacionales Naturales de Colombia, habló en exclusiva con Q’hubo sobre la dinámica, que cobra fuerza ahora que varias especies están amenazadas por algunos cazadores.



“El ejercicio permite conocer un poco sobre el estado de las poblaciones, sobretodo de animales grandes, la composición, algunos comportamientos como cuándo están en celo, hábitos de alimentación, todo en aras de la conservación”, dijo la funcionaria.



Según Jarro, las especies más vistosas, o que  salen frecuente en las tomas,  son los grandes mamíferos como por ejemplo los leopardos, osos de anteojos y pecari tajacu, como también  algunas aves, que son las que generalmente hacen que se disparen las cámaras y queden registradas en las bases de datos.





¿Cómo se hace?


Para instalar las cámaras se hace un análisis al interior de los bosques, en los posibles pasos de fauna, las cámaras se aferran a algunos árboles a una distancia con respecto a la altura que permita tomar la fotografía, de acuerdo al tipo de animal que se requiera.

Ya instaladas, una vez que se da el movimiento del espécimen, se activa la cámara y toma las imágenes también en video.


Semanalmente o mensualmente se cambia la tarjeta micro SD, donde se han  recopilado las imágenes de lo que está sucediendo dentro del bosque, que no se podrían observar si el fotógrafo estuviese allí.



Las fotos que proporcionan los equipos permiten conocer no solo la presencia de algunas especies, sino obtener estimas de su frecuencia y densidad, así como la identificación de individuos a través del diseño del pelaje, las manchas, etc., lo que proporciona a los investigadores una información muy valiosa.



Un gran equipo  a cargo



Según Parques Nacionales, en el  programa trabajan técnicos como biólogos, ecólogos, veterinarios y profesionales del área de comunicación. 



“El sistema es sencillo, permite que la información se baje al computador y se hagan los estudios de comportamiento, con un grupo multidisciplinario encargado de la investigación en campo”, expresó Carolina sobre los funcionarios de Parques Nacionales.



El beneficio para Cali y sus Farallones



Los parques que cuentan con este sistema de monitoreo en Colombia son: Chingaza, Tuparro, Tatama, Tayrona, Munchique, Nevados, Orquídeas, Puracé, Doña Juana,  Guanenta y los Farallones de Cali. En este último se está implementando una campaña de educación y sensibilización ambiental, para que la gente valore la función  que tiene la fauna dentro de un ecosistema.



“Lo que se busca es que la gente entienda que cada animal que está en un ecosistema tiene una función y que gracias a esas especies es que los ecosistemas prestan servicios, como por ejemplo la provisión de agua para Cali, con la fauna que hace parte de los Farallones de Cali”, finalizó Carolina Jarro.



En síntesis, entre mejor se conserve la vida silvestre, mejores ecosistemas productores de agua vamos a tener. Así que en esta época, en la que los osos de anteojos y demás animales están siendo objeto de los violentos, todos los ciudadanos debemos salir a defender nuestras especies y que puedan seguir diciendo: “whiskey”, a las cámaras de fototrampeo, o de vida, como se les conoce.