Roldanillo. Julián Castillo y su grupo Cartel de la Pinta realizaron el mural más grande del mundo hecho a lápiz.
Por Darwin Ávila Vanegas
Cuando a Julián Castillo le dijeron en un curso de arte en la Universidad Javeriana que no se podía pintar murales con lápiz, porque no se iba a ver el trazo, le sembraron una duda que despejó recientemente con la terminación de una obra que llena de orgullo a Roldanillo, su pueblo natal.
Este joven de 24 años de edad, inquieto en el ‘street art’, o arte urbano, es el creador del mural más grande del mundo hecho a lápiz, situado en la Carrera 6 con Calle 14, en un parqueadero del Hotel Oasys.
Allí, el 30 de diciembre del año pasado se dibujó el boceto, en el que el autor demoró 12 horas.
Luego empezó a dar rienda suelta a su creación. Supongamos que la pinta la hubiera hecho solo: se habría demorado alrededor de cinco meses; por eso, como vio que no le rendía el trabajo, aceptó la ayuda de sus panas del Cartel de la Pinta y de algunos habitantes del municipio. En total 20 personas tuvieron algo que hacer en el lugar.
Luego de 45 días ya está listo. Se trata de una majestuosa lámina de 14 metros de ancho por seis de alto, en la que se plasmó el rostro de un anciano mitológico y una mujer inspirada en el ‘manga’ con un concepto: la ‘Realidad Absoluta’.
“No importa que tan diferentes seamos, si vemos algo desde la misma posición lo vamos a percibir de la misma manera, es algo muy básico pero que a ratos a la gente se le olvida”, expresó Julián, un joven que aprendió empíricamente y ahora es un experto tatuador e incluso tiene su propia escuela (ver recuadro).
Para que el mural viera la luz, se necesitaron 1.200 lápices Mirado 2, de los que utiliza la gente del común, y una cantidad indeterminada de sacapuntas, que se convirtieron en los mejores amigos a la hora de ejercer cada trazo.
Para entender un poco sobre la inversión hecha para lograr el objetivo primero hay que decir que un lápiz cuesta en una tienda del pueblo alrededor de 700 pesos, por lo que gastaron al menos 840.000 pesos en estos elementos. Con la puesta a punto de la pared, los andamios y la logística de los artistas el costo total fue de 1.500.000 pesos.
Y si es complicado pintar con brocha, ¿usted se puede imaginar hacerlo con un minúsculo lápiz cuya mina tiene un grosor de apenas 3 mm?
“Desgasta mucho, no rinde nada, en ese caso resultó conveniente que llegaran más personas a colaborar. En el caso mío no sabía cuanto me iba a demorar pero con la gente ya rindió muchísimo, aunque no tenían experiencia con arte, el lápiz todos lo saben usar”, explicó Julian.
Raya a raya la pared se llenó de magia
Poco a poco la pared, cubierta con una base de vinilo blanco, se fue llenando de gris con la ayuda de los artistas. El mes pasado los ciudadanos se percataron de su magnitud y arribaron a visitar la obra y a apoyar a los artistas con dinero, comida y felicitaciones.
Incluso los deportistas, que por esta época visitan la ‘Tierra Querida’ para practicar y competir en las pruebas de parapente, han hecho del lugar una parada obligada para sacarse la respectiva ‘selfie’ y llevarse un recuerdo cuando vuelvan a sus países de origen.
“Me he dado cuenta de la dimensión de lo que estamos haciendo, pues si ellos que vienen de ver el mundo y de ver tantas cosas dicen que el mural es grande, es algo importante, no es insignificante”, dijo Julián.
Con esta magistral muestra de la capacidad artística de los jóvenes roldanillences, la llegada de los representantes de Guiness Record, para su verificación, es inminente.
Aún con sus manos untadas de grafito, Julián hizo la solicitud a la revista, pero está vendiendo calcomanías para pagar una visita prioritaria que cuesta 1.000 dólares y en ese caso se demorarían solo cinco días en llegar el lugar de la obra.
Lo cierto es que en su investigación se enteró que este no solo es el mural más grande del mundo hecho a lápiz, sino el primero, por lo que el logro es mayúsculo.
Por eso si usted va a Roldanillo, no se puede perder la oportunidad de conocer esta magnífica postal del Valle del Cauca, que seguramente quedará plasmada en su mente por muchos años.
El Cartel de la Pinta tiene su estudio
Los ‘padres’ del mural más grande del mundo hecho a lápiz es el colectivo artístico Cartel de la Pinta, conformado por jóvenes interesados en cambiar a Roldanillo mediante el arte.
Llevan cuatro años exponiendo su talento en las calles del municipio y en un pequeño estudio llamado Castillo Tattoo, donde Julián les enseña a perfeccionar su técnica.
“El mural me abrió la puerta. Empecé a colaborar con videos de fotogramas y luego cogí el lápiz y empecé a rayar”, dijo Juan Peña, uno de los integrantes del colectivo, un amante del cine y la fotografía.
Ahora el Cartel quiere establecer más records y aunque para este mural autogestionó los recursos, espera que la empresa privada lo apoye y así generar más proyectos ambiciosos.
Si usted desea colaborar con la causa llame al 3216266298.
Cifra:
45 días se tardó el Cartel de la Pinta en terminar el mural en Roldanillo.
Fotos: Jorge Orozco
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