Cali. Michael Witschi voló en parapente por primera vez en la historia desde el campamento Balcones, a 3.750 m.s.n.m
Por Darwin Ávila Vanegas
Fotos Michael Witschi
El pasado viernes 17 de febrero no fue un día normal para Michael Andreas Witschi, ciudadano suizo de 29 años que de manera inédita escaló Los Farallones de Cali, hasta llegar a una altura de 3.750 m.s.n.m, y en medio de una tormenta se lanzó a volar en parapente hasta aterrizar en La Vorágine.
Su objetivo lo tenía pensado hacía varios años, pero solo hasta este mes pudo materializarlo. No lo pensó tanto, solo llegó desde Panamá, donde hace empresa, y abordó un Uber hacia la vereda El Pato, puerta de los Farallones de Cali (Parque Nacional Natural).
Se las arregló para meter en su maleta la carpa, el ala, un casco, ropa térmica, agua, la silla y las ganas, y a las 7:00 a.m. salió a caminar en modalidad trekking hasta llegar a Balcones, un campamento de referencia en camino a Pico Pance, que es el punto de altura máximo a 4.100 m.s.n.m.
"En ese lugar me pidieron que escribiera mi nombre en la planilla de ascenso de caminantes, yo lo hice, pero les dije que no me esperaran que yo iba a regresar volando en parapente, me dijeron que era algo loco, irresponsable, pero ya tenía eso en la cabeza y seguí mi camino, era el único en el sendero, creo que era por el día", relató Michael.
Aunque este aventurero ha salido avante de recorridos extremos en los Alpes suizos, dijo que el bosque tropical húmedo es complicado y que le costó mucho subir los 12 kilos de peso de su equipaje por las trochas, reíces y terreno escarpado del trayecto hasta la cima.
Sin embargo lo que se creía era más complicado, subir el sector de los lazos, le pareció sencillo y prefirió hacerlo por el lado izquierdo de la piedra, "solo eran dos pasos, me fui por ahí porque de caer por los lazos estaría solo y nadie me ayudaría, era menor el peligro por el lado de la roca".
A las 12:20 del mediodía Michaell -empresario de la construcción en centroamérica- hizo su arribo al voladero improvisado que tenía en mente. Su plan era pasar la noche en ese lugar, pero las condiciones climáticas no eran buenas y cuando se vio solo, friolento y con el agua dentro de su carpa debió tomar una decisión trascendental.
“No me gusta tirarme sin ver dónde voy a aterrizar, pero sabía que si lo hacía iba a ser algo único, vino un frente de lluvia fuerte y me dí cuenta que iba a abrir (el cielo), preparé el ala, sentí que venía un viento del oeste y con ese despegué”, dijo Witschi.
Su temor era que su equipo no resistiera la fuerza del agua, pero pasados los primeros 5 minutos todo fluyó y después vino el disfrute en el aire.
“Estaba mojado, pero feliz, vi todas las cascadas de Pance, pero de pronto el viento del Pacífico me llevó para afuera y me tocó aterrizar luego de 30 minutos de vuelo, en una cancha de fútbol cerca a La Vorágine”, explicó.
Michaell, quien perfeccionó su técnica de vuelo con el piloto caleño Aarón Maldonado en el año 2009, está feliz con su logro aéreo y espera que sirva de inspiración a deportistas locales e internacionales.
“En Colombia aprendí muchas cosas y principalmente en ‘La Sucursal del Cielo’; esto es un paraíso del vuelo y la naturaleza que vale la pena visitar y disfrutar todos los años”, finalizó este padre de dos hijos, quienes viven en Basilea, Suiza.
Antes que termine el 2017 este avezado deportista, quien también ha participado en el Red Bull X Alps -la carrera de aventura más difícil del mundo y que combina trail running y parapente- intentará llegar al pico máximo de Los Farallones, y lanzarse en una hazaña que para muchos locales es demasiado arriesgada.